martes, 31 de enero de 2017

Esta es la cuestión

No sólo es un valiente líder o un 'Capitán América' de las caricaturas, tiene defectos, es imperfecto y egoísta. Eso es lo que lo hace convincente. Es el centro de todo. ¿Qué pensamos sobre él? ¿El hecho de que haya tenido sexo con estrellas de cine estando casado hace casi 50 años lo invalida de todos sus logros? ¿O lo que lo hizo ser infiel, su ego, intensidad, determinación también lo llevaron a tener éxito? Esas son dos grandes preguntas.

Un tema como este necesita de concentración y de enfoque. No son asuntos baratos que conseguís resolver en diez minutos. Es algo serio y significante. Es dar un paso más allá. ¿Cómo es que este sujeto se relaciona con nuestras vidas? Con nuestra mente.

Es necesario saber si es posible ser ambos: un buen hombre y un gran hombre. Buen hombre en cuanto a un matrimonio duradero, por virtud básicamente, monogamia, compañerismo, amor. ¿Cuántos hombres que tuvieron buenas vidas, pensas que tuvieron grandes vidas? (depende de lo que consideres "grande"). ¿A caso Omar Nelson Bradley hubiese conquistado Normandía si estaba en su casa cambiando pañales?

Hay que ver cómo este hombre llevó a cabo su vida. Salió al mundo, siguió sus instintos y tomó lo que quiso. Quizá fue narcisista, quizá su esposa fue infeliz, pero su vida importó. Él frenó a Hitler. ¿Lo juzgamos por estar ausente y por su infidelidad? ¿o dejamos pasar eso?, ¿qué importa al final?

Hay un cierto hombre que la gente venera. Lo vemos una y otra vez. Picasso, Hemingway, y hasta el propio Bradley, todos infieles. Es deseo puro, es esa inclinación a tomar lo que quieren, que termina haciéndoles pensar que son grandes.

Vale la pena tomarse el tiempo de mirar más allá de Bradley, de Picasso, de Hemingway, vale la pena armar otra lista. Una lista de hombres que hicieron cosas extraordinarias y siguieron siendo compañeros leales. Se escucha menos sobre ellos, pero ahí están. Y más allá de todos estos, ¿qué hay de los tipos comunes? ¿cómo encajan en esta teoría?

lunes, 30 de enero de 2017

Dos polos opuestos se probaron en el amor


Unas pocas palabras y unos cuantos kilómetros, así lo resumiría. Le ganó por cansancio, la construyó de nuevo. No lo buscó ni la buscaba, pero se cruzaron. Un mes de análisis profundo en el medio y no alcanzó. La duda era más fuerte y el tiempo cada vez más rápido. Las palabras fueron hechos y la relación surgió. No se sabe bien de dónde, cómo ni por qué, pero acá están. Titubeando entre medio de proyectos, dudas, coincidencias y unas cuántas diferencias pero cada vez más fuertes. Es amor del bueno. 

Desde el Sur era blanco o negro, mientras que desde el Norte se veía gris, y terminó siendo transparente, ¿existe algo mejor que la transparencia?. Después de estar en una nebulosa constante de idas y vueltas y de promesas y desilusiones el camino se hizo recto. Las opciones eran claras y la decisión era propia, el resto estaba dicho.


Ojos sinceros, sonrisa intacta y un cuerpo que te daba ganas de abrazar y no soltarlo nunca más. Un corazón grande como una mansión que había que reconstruir cuidadosamente. Se enamoró de un par de gestos pícaros que lo conquistaron sin querer. 


Opuestos por donde los mires. Enorme, tranquilo y centrado. Chiquita, loca y distraída. Así les funciona. Él le puso los pies en la tierra y ella lo invitó a volar...

De vez en cuando

Angustia, preocupaciones, imaginación, sueños frustrados y temores. Un bajón. Ese nunca pitó. Nunca reemplazó al vicio por el viaje, ni al pucho por la flor. Dos respiros y ocho panoramas. Solían decir que era increíble, porque de repente todo era más feliz. Insomnio, dolores musculares, desconcierto, pensamientos inoportunos, cosas que había que tirar. Un ratito de paz y unos minutos de silencio. Es necesario un encendedor y una ventana para empezar a viajar. Hay que irse, aparecer y desaparecer. Estar y no estar.

Los pensamientos corren de izquierda a derecha y de arriba abajo. Todas las opciones son válidas, las excusas viables, las canciones temones y los amigos hermanos. Diferentes provincias, países e idiomas. Miles de kilómetros de distancia o tan cerca como un respiro. La sensación es la misma y el viaje no cambia. La primera inspiración fue la mejor decisión del traslado hacia lo desconocido.